Así se fraguó el volantazo del PSOE con la iniciativa antitaurina: la presión de cuatro federaciones y el "no nos vamos a pegar un tiro en el pie" de Moncloa

Hace dos semanas el debate sobre la tauromaquia volvió a correr por las filas del PSOE. La iniciativa legislativa popular (ILP) que pedía derogar la protección cultural a los toros, aprobada en 2013, abría un debate en un partido dividido en este asunto. El propio Pedro Sánchez ya declaró en mayo de 2024 que él no era taurino y cargos con peso en Ferraz y en el Gobierno, Óscar Puente, han mostrado su oposición a estos festejos. Y, sin embargo, barones como Emiliano García Page o Eneko Andueza son fervientes defensores.
El pasado 23 de septiembre, cuando la propuesta antitaurina llegó a la Comisión de Cultura del Congreso, el portavoz del PSOE, Marc Lamua, defendió que su grupo votaría a favor de que se la tramitación siguiera porque, de lo contrario, "se estaría negando el debate en la casa de la palabra". Este martes, 14 días más tarde, los socialistas se abstuvieron en el Pleno de la Cámara Baja tumbando así la propuesta. Un enmienda a su propia postura porque, tras esa decisión, no habría debate.
¿Qué ha pasado en este período para que el PSOE decidiera dar ese volantazo? Según señalan diversas fuentes consultadas por EL MUNDO, las federaciones de Castilla-La Mancha, Castilla y León, País Vasco y Extremadura pusieron su maquinaria a trabajar para evitar que los socialistas se metieran en ese debate. Diputados de esas cuatro autonomías mostraron su descontento a la dirección del Grupo Parlamentario por permitir que la ILP siguiera su camino en el Congreso. Barones, como Eneko Andueza o Emiliano García Page, hicieron lo mismo con Ferraz.
"No presionamos a nadie, hicimos pedagogía con este tema", apuntan desde una de esas federaciones. "Hay que recordar que muchos votantes socialistas son taurinos y lo que hemos hecho es expresar que meternos en esa batalla ideológica ahora era un error", apuntan en otra. Especialmente en un momento donde el PSOE ha encontrado grietas en el PP con cuestiones como el conflicto en Gaza o el aborto.
Este miércoles, en una intervención en Toledo, el propio Page hizo público que él era uno de los que había pedido al partido frenar su apuesta por la ILP. "Me alegro de que por una vez nos hayan hecho caso en Madrid y hayan cambiado de opinión, que haya habido una rectificación y que donde se pretendía iniciar una carrera sin freno para ponerle la prueba a otra de las señas de identidad del país se frenara".
El presidente de Castilla-La Mancha cargó también contra el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, al que acusó de intentar poner fin a la tauromaquia por "capricho". "Las identidades culturales, la señas de un país, debe decidirlas la gente. La cultura es una manifestación social, no puede ser ni impuesta ni prohibida en un régime democrático", remarcó.
Ante el debate que se había generado en sus filas, el PSOE no decidió hasta el último día, según indican fuentes a este diario, la posición de su voto. De hecho, fue Moncloa quien tomó la decisión sobre la posición que se debía adoptar. "El debate está en lo que está y no hay que hacer como el PP con el aborto. No nos vamos a pegar un tiro en el pie con este tema", apuntan fuentes gubernamentales. Pese a que esa medida haya despertado "enfado" en algunos socios de Gobierno. Sumar, su socio de coalición, lo ha dicho públicamente.
"Estoy molesto yo y están molestas sobre todo más de 700.000 personas", aseguró este mediodía en una entrevista en Al rojo vivo el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, haciendo referencia al número de firmas que los promotores de la ILP No es mi cultura habían recabado para derogar la Ley 18/2013 -fueron validadas 664.000-. El dirigente de Sumar incidió en que su grupo buscará "la fórmula" para poder llevar de nuevo la propuesta al Congreso de los Diputados y que esta se vote porque, según afirmó, el rechazo a la tauromaquia es "un clamor en la calle" y "tarde o temprano será una realidad" en la Cámara baja.
A las puertas del Congreso, activistas antitaurinos se manifestaron contra la decisión adoptada por el PSOE con fotos de Pedro Sánchez, acompañadas de la palabra "vergüenza". También portaban carteles en los que se podía leer: "PSOE cobarde de los poderosos" o "PSOE ignora la voz del pueblo".
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